La Conmemoración
Tras la firma de los acuerdos de paz, los sobrevivientes comenzaron a reunirse para recordar lo ocurrido. Cada año, para el 14 de mayo, las comunidades de Chalatenango, acompañados por personas y delegaciones de otros lugares de El Salvador, así como también visitantes internacionales, emprenden el camino de vuelta a Las Aradas.
Parte de la conmemoración es hacer el camino a pie, para recordar las dificultades que vivieron los que andaban huyendo en tiempo de la guerra.
Muchos grupos emprenden el camino desde el día anterior, 13 de mayo, para acampar en el sitio. Otros salen muy temprano, en la madrugada del 14. La conmemoración tiene lugar ese día, alrededor de las 10 de la mañana, incluyendo música, una reconstrucción teatral (dramatización de los hechos), testimonios, información con respecto a los avances del proceso judicial y de memorialización del lugar, y finalmente una misa.
En los dos últimos años he acompañado a la comunidad en este recorrido, que atraviesa el impresionante paisaje de los campos y montañas de Chalatenango.
Uno de los puntos de partida es la comunidad de San José Las Flores. Desde allí el trayecto se hace en vehículo doble-tracción (una media hora) hasta la entrada del camino, y desde allí caminando unas tres horas (dependiendo de la velocidad, clima y número de paradas). El camino puede hacerse también por otras rutas, grupos organizados salen desde Arcatao, Las Vueltas y otras localidades.
Para conocer más del camino a Las Aradas:
Evelia Macal, arquitecta salvadoreña y miembro del equipo que está diseñando el parque memorial de la Las Aradas.
Miriam Ayala, sobreviviente de la masacre, con un grupo de jóvenes en el camino a Las Aradas (13 de mayo 2019)
Una vez en Las Aradas, las personas se preparan para pasar la noche, algunos en tiendas de campaña, otros al aire libre. En la noche hay diferentes actividades, incluyendo testimonios de sobrevivientes, música y proyecciones.
Al día siguiente muy temprano comienzan a llegar la mayoría de los participantes. Los actos centrales incluyen una representación teatral de los hechos, testimonios, y una celebración eucarística.
Al finalizar los actos, los participantes retornan a sus comunidades, no sin antes renovar el compromiso de trabajar por la justicia y la paz, y volver al año siguiente.